Si queremos dar vivacidad a nuestro hogar podemos convertir nuestra mesa o espejo favorito en una obra digna del modernista Gaudí con solo utilizar la técnica del mosaico. Cualquier estancia cobrará color si dedicamos un poco de tiempo a esta sencilla y bonita manualidad.
Si además lo que estamos buscando es hacer un bonito y original regalo no debemos olvidar que esta técnica se adapta a todo: desde portavelas hasta marcos o cajas de recuerdos, así que no hay excusas para ponernos manos a la obra.
¿Qué necesitamos?
- Trozos de vidrio, azulejo, cerámica o cualquier material de este tipo que pueda emplearse en decoración. Cuanto más diverso más original. ¿Se os ha roto un plato? Ni se os ocurra tirarlo, también os servirá y será una manera de reciclarlo.
- Cola.
- Cemento blanco o producto preparado para este tipo de manualidad.
- Una esponja.
Sólo tenemos que ir presionando los pequeños pedazos de material que hayamos elegido, previamente encolados. Una vez cubierto por completo el objeto que hayamos decidido decorar esperaremos a que esté completamente seco.
Cuando ya esté listo, aplicaremos en cada resquicio un poco de producto preparado o cemento blanco para que quede profesional y sin grietas. La esponja nos servirá para quitar todo lo que sobre y dejar nuestra pieza limpia de excedente.
¿El resultado? Cualquier objeto que queramos totalmente reinventado y lleno de vida. Recordad que todo dependerá de vuestra inventiva y de los dibujos que estéis dispuestos a montar pedazo a pedazo.
Fotos: lasmanualidades, modayhogar